martes, 28 de abril de 2015

Jornada por la Memoria en barrio Manuelita

El sábado pasado se realizó en la Plaza Nilo Arriaga una nueva jornada en recuerdo de “Jorge Adur, Eduardo Bozetti, Carlos Di Pietro, Daniel Fortunato, Raúl Rodríguez y Elena Vaca” desaparecidos del barrio Manuelita durante la última dictadura militar.

La jornada comenzó cerca de las 16hs y fue organizada por la comisión por la Memoria del barrio Manuelita de San Miguel compuesta por el centro de jubilados y la sociedad de fomento UFO (Unión de familias obreras).



Además participaron el SERPAJ Zona Norte, la Comisión por la Recuperación de la Memoria de Campo de Mayo, la Asamblea de tortuguitas, el Sindicato SUTEBA y CTA, la Universidad Nacional de General Sarmiento, y las agrupaciones políticas PATRIAS, La Campora y el Movimiento 26 de Julio, entre otras.

La jornada fue muy emotiva y tuvo diferentes intervenciones que recordaron la militancia de los vecinos y vecinas desaparecidos. Cada uno de los que fue tomando el micrófono recordó su trabajo barrial y político o pastoral, su tarea en aquellos años, sus sueños y compromisos.
La plaza mostraba pinturas, fotos y cuadros con referencia a los desaparecidos del barrio realizados en el marco del programa jóvenes y memoria y carteles de las diferentes organizaciones participantes como la comisión por la memoria de Escobar.


Uno de los momentos más emotivos fue el recuerdo del médico pediatra Marco. Su hija Rosita leyó un texto que preparó especialmente por pedido de la sociedad de fomento UFO.



“Les puedo contar mi vivencia como una nena de 8 años que un día vio como se llevaban a su papa en una operación impresionante, con tipos armados hasta los dientes apostados alrededor de mi casa.

Durante toda mi infancia y adolescencia lo viví von mucha vergüenza, hoy gracias a estos años con Néstor y Cristina, puedo hablar y pararme acá y contarlo con orgullo.
Cuando lo liberaron, en días, después de que mi familia, amigos, vecinos, pacientes y todo aquel que tuviera una mínima conexión con un militar conocido, moviera cielo y tierra. Mi papa nunca volvió a ser el mismo, se convirtió en una persona callada, casi turna, hundida en sus pensamientos; a veces contaba algo de sus días de encierro, pero poco porque se angustiaba mucho y se callaba. 

Mi viejo era un tipo simple, decía que tenía 4 hijos y para comer necesitaba 4 churrascos, no una heladera llena de carne. Le ofrecieron en ese momento asociarse a una clínica de las más conocidas de la zona, pero decía que él era doctor no empresario. En mi casa era normal que a cualquier hora de la madrugada vinieran padres desesperados pateando la puerta con algún chico convulsionando; él se levantaba, llamaba a mi vieja para que la ayude, lo atendía, lo llevaba al hospital con su coche y se quedaba con él hasta que el nene estuviera bien. Atendía a todo el barrio, y de seis consultas cobraba una.

Le gustaba tomar mate a toda hora con mi mamá que fue el gran amor de su vida hasta que se murió. Escuchar tango los domingos a la mañana y quedarse hasta muy tarde a la noche charlando con mis hermanos y los amigos de mis hermanos. No militó activamente en ningún partido político, ni organización. Solo era un tipo comprometido socialmente con la época que le toco vivir, solidario que acompañaba con hechos lo que decía y pensaba. Fue delegado gremial en el Hospital Larcade, donde además era jefe de Pediatría; un puesto muy complicado en los años 70 para ser delegado.  No es un dato menor, porque organizo marchas y paros por sus compañeros despedidos, desaparecidos  o presos por razones políticas, como el querido Dr. Vizzo.

 Evidentemente sus días de encierro maniatado, vendado y tirado en el piso permanentemente; Los interrogatorios, torturas, simulacros de fusilamiento que le hicieron le deterioraron la salud y el alma. Todavía hoy después de 25 años de su muerte mis hermanos  y yo seguimos encontrando gente que lo recuerda con agradecimiento y amor y nos cuenta una que otra anécdota, recién me paso con Marcelo Tula.  Falleció muy joven a las 63 años, apenas 14 años después que se lo llevaron, nos dejo como herencia muy poca plata, ninguna prestigiosa clínica, pero un pecho ancho de orgullo  por lo que fue como hombre, compañero de laburo,  padre,  esposo,  amigo, tío y un vacio enorme porque de alguna oscura y perversa  forma mi papa no se murió nos lo mataron.”

El último en tomar el micrófono fue el abogado Pablo Llonto, quién se refirió a la corporación judicial y dio algunas novedades de la causa campo de mayo.



“Hemos venido con la compañera Adriana Taboada. Ella es psicóloga pero además una compañera que está ayudando en las pericias médicas y psicológicas a los genocidas. Porque los genocidas están planteando tengo problemas de salud mental, tengo problemas de salud física, por lo tanto quiero ir a mi casa no quiero estar en la cárcel. Y han encontrado ahí un mecanismo para lograr zafar unos cuantos.  Entonces estamos con la colaboración de un equipo médico y de psicólogos examinándolos para comprobar que muchos de personajes mienten. Van a los exámenes médicos, simulan, y con eso están tratando de zafar. 

Yendo  específicamente a la lucha de ustedes por la Memoria la verdad y la justicia aquí en el barrio formamos parte de quienes llevamos adelante algunas causas relacionadas con compañeras y compañeros que militaron en este barrio. Que abnegadamente vinieron hasta aquí desde distintos lugares del territorio a hacer trabajo social, a hacer trabajo, inclusive vinculados a sectores de la iglesia progresista y que hoy están desaparecidos o desaparecidas… Son causas que forman pare de la lentitud del poder judicial para llevar adelante estos juicios. Estas causas se reabrieron en el 2003 empezaron a moverse en el 2004, 2005, 2006 estamos ya en el 2015 y todavía faltan juzgar a miles y miles de genocidas. En campo de mayo, como saben ustedes,  todavía está vivo el principal responsable de lo que ocurrió aquí nomas a unos kilómetros en el mayor centro clandestino que tuvo la Argentina por donde pasaron unos 5mil compañeras y compañeros, todavía está vivo el ex general Riveros que tiene 91 años y ya ha sido condenado varias veces. Pero también tiene que ser juzgado por los hechos de aquí, de La Manuelita, porque ese ex general que hoy esa en prisión domiciliaria, osea está en su casa, fue el dueño de la vida y la muerte en campo de mayo y el que resolvió las decisiones finales sobre los compañeros desaparecidos.

Esta semana hemos tenido una pequeñísima buena noticia en la causa campo de mayo que ha sido la detención de cuatro responsables de los vuelos de la muerte. Cuatro oficiales del ejército que estaban a cargo del batallón de aviación militar de campo de mayo… por primera vez después de muchos años fueron detenidos cuatro oficiales del ejército. Lamentablemente la jueza los mando a los cuatro a prisión domiciliaria…” 


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