viernes, 16 de junio de 2017

Jornada “Memorias en Generaciones” en la UNGS

El pasado miércoles 14 de junio se llevó adelante la jornada “Memorias en Generaciones” en el auditorio del multiespacio cultural de la Universidad Nacional de General Sarmiento.

Jornada impulsada desde “Memoria y Territorio”, contó además con la participación de dos obras de teatro “La búsqueda” y “Vengo por el Aviso” de “Teatro por la Identidad” y una Mesa de Derechos Humanos conformada por Iris Avellaneda, sobreviviente de Campo de Mayo y mamá de Floreal “Negrito” Avellaneda; Norma Cozzi, sobreviviente de la ESMA y Guillermo Pérez Roisinblit, hijo de desaparecidos y nieto N° 68 restituido en  el 2000.

La actividad comenzó con un vídeo de presentación de Abuelas de Plaza de Mayo, su lucha y su historia y continúo con las obras del Teatro por la memoria, la verdad y la justicia.


Fotografía: Universidad Nacional de General Sarmiento 

Fotografía: Universidad Nacional de General Sarmiento
Iris Avellaneda fue la primera en tomar la palabra remarcó su posición frente al contexto actual de los derechos humanos, “Yo, por ejemplo, como líder Argentina por los derechos del hombre, que ya se cumplen 80 años de vida, de lucha, estamos luchando a la par de todas las organizaciones para que no se le dé ninguna condena a esto porque esto fue un genocidio. A toda esta gente que masacro, que mato, que hizo desaparecer a tanta gente; es increíble que todavía gente diga que los militares tienen que salir y tenemos que perdonar. ¿Perdonar qué?, nosotros no perdonamos, no reconciliamos, al contrario queremos que la justicia sea para todos en general. Aquel que firmo, aquel que actuó, aquel que tiro de los vuelos de la muerte porque el Negrito fue uno de los chicos que desapareció después de haberlo mordido un perro en Campo de Mayo que le desgarro la pierna. 

Entonces toda esa gente tiene que pagarla, no tiene por qué estar con nosotros. Por eso compañeros tenemos que seguir la lucha, hace 41 años que seguimos pidiendo justicia. No podremos perdonar, ni reconciliarnos ni con la Iglesia porque la Iglesia avalo los crímenes de Lesa Humanidad”.

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Fotografía: Universidad Nacional de General Sarmiento 
Además, hizo referencia a la importancia de la participación de lxs jóvenes en las luchas y los invito a involucrarse.
De esta jornada participaron alrededor de 600 jóvenes,
“Acá es lindo hablar porque tenemos tantos jóvenes, tantas caras nuevas; chicos que recién empiezan y chicos que quizás están en tercero o cuarto año. Así que yo los invito a que se involucren en esto, en Derechos Humanos, donde se sientan contentos, donde se sientan con ganas de seguir la lucha. Por eso les agradezco infinitamente.
Yo creo que no vale la pena contar las torturas que tuve porque fue tremenda, pero ya tengo 78 años y sigo pidiendo justicia, sigo luchando por los que no están y por los que están para que nunca más allá un golpe de estado tan terrorífico como ocurrió en el 76”.

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La segunda en tomar la palabra fue Norma Cozzi, “participó del programa Jóvenes y Memoria y soy docente de este territorio entonces antes de empezar con la temática que nos convoca quería recordar que hoy es un día en el cual los docentes de la provincia de Buenos Aires estamos en lucha, hay paro en las escuelas provinciales, luchando no solo por el salario de los docentes si no también por la defensa de la escuela pública; que después se continua en un espacio como este, en la Universidad Pública.
Fotografía: Universidad Nacional de General Sarmiento
(…) con respecto a mi historia personal, estuve secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada desde agosto de 1979 a febrero de 1980. En ese lugar, pasaron 5.000 personas de las cuales podemos contar la historia, aproximadamente, unos 450 sobrevivimos maso menos un 10%; el resto no vivió para contarlo.
Yo tuve la suerte, si se puede decir así, de que mi hija pequeñita en ese momento; acababa de cumplir un añito. Había quedado con mis padres porque yo al otro día tenía que levantarme temprano para ir a trabajar si no hubiera seguido, seguramente, el destino de muchos chicos que fueron apropiados y secuestrados con sus padres.
Yo tampoco quiero ahondar mucho en el relato del tormento porque seguramente eso ustedes lo conocen, que las condiciones en que nos tenían eran condiciones infrahumanas. Teníamos puesta una capucha en la cabeza, que de por si eso solo constituye una tortura porque es asfixiante no se ve nada. Esposados, tirados en el piso, jóvenes, viejos o lo que a mí me parecían viejos era gente de 50 años, en condiciones infrahumanas.
Yo sufrí personalmente esta cuestión física, pero sobretodo escuche y vi lo que le hacían a las personas que estaban alrededor mío, entonces siempre es para el sobreviviente el fuerte deber moral de contar lo que se vio”
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Fotografía: Universidad Nacional de General Sarmiento
Guillermo Pérez Roisinblit, el nieto restituido relató “Básicamente mi historia es que yo soy uno de los tantos nietos que fuimos restituidos por las Abuelas de Plaza de Mayo. Tenemos acá, la mamá de un desaparecido, una militante que fue desaparecida y yo que soy un nieto desaparecido y que fui apropiado. Me parece sumamente importante que las tres generaciones estemos acá dándoles nuestro testimonio para que puedan tener, no solamente, una magnitud de lo que sucedió hace 41 años si no también que lo tengan contado desde nosotros mismos.Yo pase mi infancia y mi adolescencia en lo que era el viejo partido de General Sarmiento, viví hasta los 26 años en lo que es José. C. Paz, lleve prácticamente una vida muy parecida a la de todos ustedes. 
Yo no tenia ningún tipo de dudas, creía que a la persona que yo llamaba mamá era mi mamá y a la persona que le decía papá era mi papá. Me crie como hijo único hasta que a mis 21 años gracias a dos denuncias telefónicas anónimas que recibieron las Abuelas de Plaza de Mayo que aportaban datos de donde podía llegar a haber un hijo de desaparecidos que fue apropiado; gracias a esas denuncias se acercó gente de Abuelas a mi propio trabajo, una de las personas que se acerco era ni más ni menos que mi propia hermana.
La verdad es que me tomo todo de sorpresa, yo tenía tan solo 21 años, igual creo que uno no tiene la edad suficiente como para suplir ciertas verdades así tan de golpe. Hay diferencia entre mi caso y los últimos que son más resonantes, incluso el del nieto de Estela, es que ellos pudieron madurar de alguna forma una duda y se acercaron hasta la Casa de Abuelas o hasta Conadi temiendo no ser quien les decía que eran. Yo no, mi vida era completamente normal sin ningún tipo de dudas y de repente me entero que yo no era Guillermo Francisco Gómez sino que  debería haberme llamado Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit.
(…) Mi proceso de aceptación de mi historia, de mi origen fue un poco traumático. Me costó muchísimos años, me distancie y me volví a acercar y me volví a distanciar de mi familia, muchas veces; la verdad es que me tuvieron muchísima paciencia. Yo pude conocer a mis dos abuelas, lamentablemente la vida me quito a mi abuela paterna que se llamaba Argentina en el año 2005, pero todavía mi abuela Rosa está viva, tiene 97 años, tengo una hermana que tiene dos hijos y la verdad que si no hubiera sido por la lucha de los Organismos y de las Abuelas o de los militantes, yo todavía tal vez estaría en otro lugar sin saber cuál es mi verdadero origen y sin saber que había pasado con mis padres”
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Finalmente, Gabriela Diker, rectora de la Universidad Nacional de General Sarmiento expusó sus sensaciones frente a la conmovedora jornada “Pensaba mientras los miraba a ustedes, cuando lxs compañerxs hablaban, en las muchas cosas que dicen muchos adultos hoy sobre la juventud y la adolescencia y todo lo que algunos adultos creemos que sabemos sobre lo que a ustedes les interesa y sobretodo muchas certezas  que muchos adultos tienen sobre lo que creen que a ustedes no les interesa.  

Y también pensaba en los muchos funcionarios y responsables políticos que hoy en día tienen muchas certezas sobre lo que creen que a los docentes les interesa,  sobre el compromiso de los docentes del sistema educativo argentino y la verdad que este auditorio sería una buena respuesta para esas afirmaciones, no hace falta contestar mucho más.
Sólo quiero decir dos cosas, acá tuvimos testimonios en primera persona y estamos trabajando sobre una memoria que todavía cuenta con la primera persona y por distintas razones, en distintas circunstancias tanto Iris, como Norma, como Guillermo pueden contarnos sus historias”



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