Ha sido noticia en los medios de comunicación masivos el anegamiento de
numerosos barrios en varias localidades pertenecientes a la Cuenca del
Río Luján.
Nuestra Comisión, integrada por diversas instituciones (ambientalistas,
académicas, de la industria y el comercio, etc.), tiene la obligación de
asistir en cuestiones técnicas al Comité de Cuenca, compuesto por
representantes de los municipios pertenecientes a la misma y por la
Autoridad del Agua . En razón de esa obligación, y basándose en estudios
científicos, le ha expresado su opinión acerca de la posibilidad de que
ocurriesen estos eventos en varias oportunidades, desde enero de 2012.
Consideramos que si bien las lluvias fueron intensas, no explican por sí
mismas lo ocurrido. Las inundaciones se han configurado como delatoras
de una diversidad de impactos que la cuenca ha venido recibiendo en los
últimos años y cuyos efectos se han ido acumulando progresivamente.
Entre ellos, consideramos de extrema gravedad los relacionados con
cambios en el régimen hidrológico del Río Luján debido a una serie de
obras que han modificado, en muchos lugares , la topografía de la
cuenca.
Los procesos de urbanización por especulación inmobiliaria son los
principales responsables de estas modificaciones, que eludiendo las
normativas existentes en materia de usos de suelos y loteos, han
desarrollado barrios, countrys y chacras cerradas ocupando
crecientemente las márgenes de los ríos y arroyos (que son de dominio
público), como asi también humedales y tierras bajas por debajo de la
cota mínima permitida. Para ello se rellenan terrenos bajos naturalmente
inundables, se modifican cursos de agua y se construyen terraplenes y
compuertas, para que el agua no ingrese a estos emprendimientos,
expulsando el problema “hacia fuera”.
El estudio científico del Dr. Malagnino, relativo al valle de inundación
de la cuenca baja del Rio Luján (Zona de Pilar, Exaltación de la Cruz,
Campana, Escobar), indica que el Riesgo de Inundación alcanza en esta
zona el valor máximo:
Extremadamente Alto. Por esta razón es tajante en cuanto a la
imposibilidad de urbanizarla. Sin tener en cuenta lo anterior, la
llanura de inundación del Río Luján en el límite Pilar-Campana pasó de
tener un ancho inicial de 4.593 m. a 2.573 m., pues fue ocupado en Pilar
por una de estas urbanizaciones cerradas. Esta pérdida representa una
disminución del ancho de la llanura de inundación del 44% en
aproximadamente 6 kilómetros. Obviamente, todo esto tiene un costo
ambiental y social. El río queda “encajonado” por estos emprendimientos,
con menos espacio para que se disperse y discurra el agua en forma
normal, que entonces busca nuevos caminos, se acumula e inunda otras
zonas que se encuentran aguas arriba. Cabe destacar que existen varios
emprendimientos de las mismas características en Mercedes, Luján, Pilar,
Campana y Escobar. La compactación e impermeabilización del suelo por
éste y otros usos evita, además, la infiltración del agua y se elimina
el efecto esponja de los humedales Generalmente los más vulnerables a
estos eventos son los barrios de más bajos recursos, que reciben los
excedentes hídricos desplazados por estas urbanizaciones.
Es evidente que se deben suspender y remediar todos los impactos que
perjudican el funcionamiento natural de los humedales y valles de
inundación y el escurrimiento regular del rio y, además, ser muy
cuidadosos con la obras de desagüe o canalización que se proponen desde
algunos sectores. Estas obras suelen tener una visión meramente
ingenieril, según la cual un ecosistema natural puede ser intervenido
con la misma lógica que un tecnoecosistema, tal como una fábrica,
colocando cañerías, desviando o acumulando agua.
La comisión destaca la necesidad de considerar la situación desde una
visión más global e integral, que tenga en cuenta aspectos sociales y
ambientales, los humedales (recurso estratégico y frágil) pueden
resultar dañados y ser mayores los perjuicios que los beneficios
obtenidos. De manera que debe estudiarse cuidadosamente la real
necesidad de las obras hidráulicas propuestas y todas las interacciones
que las mismas tienen con el entorno y no quedar meramente en el control
de los niveles o drenado correcto de aguas. De lo contrario se
destruirán los valiosísimos recursos naturales y servicios que nos
aporta el ecosistema, como el agua superficial y subterránea, su flora y
fauna, sus propiedades depuradoras de aguas y de control de crecidas,
etc. E incluso pondremos en riesgo bienes culturales (históricos,
religiosos, arqueológicos) de enorme valía. Y, tal vez, tarde
reconoceremos el valor de lo perdido, como sucede en muchos casos.
Existe una necesidad urgente de ORDENAMIENTO AMBIENTAL DEL TERRITORIO
con una visión ecosistemica y no solo economicista o utilitarista, para
optimizar el manejo de la cuenca, así como el Estudio Ambiental
Acumulativo de los impactos de urbanizaciones y otras grandes obras
tales como canales, autopistas, calles, puentes y modificación de cursos
de agua. Tampoco deben dejarse de lado problemas como el manejo de los
Residuos Sólidos Urbanos, el impacto de la agricultura y ganadería o el
control de especies invasoras como el acacio negro. Y desde luego la
contaminación agro-industrial por vertido de químicos y efluentes sin tratar.
La comisión no se opone a la realizacion de actividades viables en el
valle de inundación del rio, solo enfatiza que se respeten sus servicios
ambientales y se protejan sus recursos naturales.
La problemática de la cuenca hay que atenderla en toda su complejidad
desde una perspectiva sistémica, es decir, entendiendo que si alteramos
una de sus partes (ya sea suelo, agua, flora, fauna, etc.) esto tendrá
consecuencias en el resto de la misma, porque es un todo indivisible.
La solución solo será posible realizando un trabajo interdisciplinario y
articulado entre las distintas áreas de gobierno y de la sociedad,
contando con la voluntad política para llevarlo adelante.
Comisión Asesora del Comité de Cuenca del Rio Lujan, 22 de noviembre de 2012
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