A 17 años...
La FM Tinkunaco recordó a los compañeros Maximiliano Kosteki
y Darío Santillán con una producción que formó parte del noticiero “Encuentro
con las Noticias”.
La misma retomó voces de Darío, amigos de Maximiliano y de
Alberto Santillán, papá de Darío.
Y se propuso recordarlos y exigir justicia por ellos.
Maxi y Darío son compañeros, militantes y el 26 de junio de
2002, en plena crisis, salieron a la calle a exigir derechos básicos, a exigir políticas
de Estado que lograrán apalear la situación de pobreza, desocupación y de
crisis económica y social que se sufría.
En ese contexto, fueron asesinados por la policía
bonaerense. La policía asesinó a los compañeros, en plena represión, en el hall
de la estación de Avellaneda.
Los responsables materiales fueron juzgados recién en el 2006, condenando a
cadena perpetua al ex comisario Alfredo Fanchiotti y al cabo Alejandro Acosta,
ambos miembros de la Bonaerense.
Sin embargo, aún hoy continúa vigente el reclamo para enjuiciar a los
responsables políticos, que todavía gozan de impunidad. Entre ellos se
encuentran el ex presidente, Eduardo Duhalde, el ex gobernador, Felipe Solá, y
el ex secretario de la Presidencia, Aníbal Fernández.
Darío y Maxi están donde la vida se construye
La sangre derramada, las voces silenciadas, continúan
gritando, y suben con el humo en el clamor popular. Aunque las pantallas
muestren a los dueños de ayer y de hoy, a los verdugos y a sus voceros, a sus
escuadrones y sus perros de presa, y todo su mundo de cartón, la sangre grita.
Grita contra el hambre, el dolor y la injusticia. Golpea
como piedras sobre el techo del rancho donde se fraguan las mentiras, donde se
cocina el sucio guiso del silencio, de la impunidad.
La sangre late aún, fluye por las calles, por donde respira
la memoria. Y los cantos populares, suben en la noche, pidiendo desesperados,
por la justicia amordazada.
Las voces de Darío y Maxi, desterrados de este mundo por los
carceleros de la vida, por los escuderos de la muerte, gritan fuerte, por los
olvidados de ayer, y por los de hoy.
Gritan por los 30.000, gritan por los de Salta y de Neuquén,
por Julio, por Carlos, por Luciano, por todos los que caen en silencio.
Ayer y hoy, la lucha es la misma, porque la impunidad es la
misma, los dolores son los mismos, los verdugos son los mismos.
*Texto: Agencia Red Eco
Compartimos la producción
No hay comentarios:
Publicar un comentario