En un contexto caracterizado por el
vaciamiento y mercantilización de la salud pública, existe una propuesta
diferente, la Salud Social.
La misma responde a una manera de entender
la salud y la enfermedad que responde al contexto en el que uno se desarrolla y
en el que uno convive.
En visita a la FM Tinkunaco, Giglio Prado,
referente argentino de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social -ALMES,
explicó en qué consiste ésta medicina “La salud social no está tan
lejos, como pareciera, de lo que nos pasa todos los días tratando de luchar por
la salud y el buen vivir. (…) La idea medicina social es muy antigua, viene del
siglo XIX cuando algunos pensadores señalan que la salud y la enfermedad no es
una cuestión de gérmenes sino que es un problema de condiciones de vida, de
vivienda, de agua, de trabajo, de las condiciones de trabajo, entonces ahí se
acuña la idea de la medicina social”.
La
Asociación Latinoamericana de Medicina Social fue constituida durante el
III Seminario Latinoamericano de Medicina Social en la ciudad de Ouro Preto,
Brasil, en Noviembre de 1984, con el fin de profundizar en el conocimiento de
las relaciones entre salud y sociedad.
Prado, además, describió su trabajo “es
una red de investigadores, de profesionales que funciona a nivel
latinoamericano. Todos nosotros trabajamos en cosas muy concretas, no es que
somos algo internacional sino que somos internacionalistas sabiendo que además
de los problemas que tenemos acá, de las tareas que tenemos acá y de los
problemas políticos que tenemos acá, en alguna medida tenemos que tener una
vocación latinoamericanista porque los problemas que tenemos en Argentina son
muy parecidos a los que tenemos en Brasil, a los que tenemos en México, en
Chile. Entonces nosotros creemos firmemente en un proyecto emancipador
latinoamericano que ponga las cosas en su justo término; no en el terreno de
los negocios, de las ganancias, sino en el terreno de las necesidades reales de
las personas”.
También se
autodefinen como un movimiento social, académico y político con una perspectiva
de desarrollo de la Salud Pública y de la Medicina Social orientada hacia la
resolución de los determinantes histórico-sociales del proceso
salud-enfermedad.
Giglio Prado, además remarcó “los
países que funcionan bien, que tienen mejores indicadores, que se le mueren
menos niños, que tienen menos enfermedades, que la gente vive más años son los
países que tienen lo que se llama Sistemas Únicos de Salud financiado de rentas
generales igualito para todos. Para nosotros es una utopía lejana porque
nosotros somos un país con una gran fragmentación y una gran inequidad”.
Prado le dio total importancia al contexto
a la realidad de cada individuo, del valor de la interacción con un otro que
entienda la problemática y se solidarice “se requiere de gente
trabajando con gente y requiere de una cosa que es extraordinariamente
importante que se haga sentido común. Si la gente pide un hospital de
complejidad, en la esquina, con ambulancia y tomógrafo estamos fritos. La gente
tiene que pedir todos estos satisfactores y organizarse para tener esta
solidaridad en el barrio, organizarse para ver qué pasa con los pibes de la
esquina, si hacen deporte o se dedican a ser colonizados por los
problemas que tenemos. Nosotros tenemos que estar atentos a toda esta
trama social y eso es lo que mejora nuestras posibilidades de vivir bien y
tener buen vivir”.
Hernán Alegría, referente de Sofovial -
colectivo de trabajo articulador de la Educación Popular con la Comunicación y
la Estrategia de Atención Primaria de la Salud – también dio su posición
respecto al ámbito social “A mí me parece que está muy vinculada esta
educación popular con el fundamento, con el concepto de la medicina social que
se desprende de la soberbia del conocimiento y construye con el otro. Y
esas prácticas que hemos rescatado lo largo del país son como fantasmas
para el Ministerio, para el sistema propio de salud, para las propias
universidades. Es como que las nombran pero no están en ningún lado y
nosotros hemos logrado haber registrado audiovisualmente, o sea tener a esos
fantasmas haciendo cosas; mostrar que esos fantasmas viven, existen,
están y me parece que en este caso la comunicación comunitaria también es
un ingrediente que fortalece el buen vivir. Y todo esto pasan a ser como las
nuevas alternativas a lo que nos propone el sistema, me parece que hemos ido
reconociendo que otro mundo es posible, otro manera de vivir es posible”.
Compartimos la entrevista completa
No hay comentarios:
Publicar un comentario